Alta Montaña
Subir una montaña es un verdadero esfuerzo en el que la persona da todo lo que tiene. Incluso más de lo que ella misma piensa que tiene. De hecho, cuando se vive esa experiencia de agotamiento, aunque parezca increíble, se sigue caminando, se sigue adelante. Y se termina llegando a lo alto. Agotados, sin fuerzas, sin aliento, la persona se detiene por vez primera sabiendo que no hay más subida, que se ha terminado. Entonces, se contempla por primera vez la montaña, el paisaje, la altura. Todo se ve de otra manera. Es como si la subida hubiese supuesto una auténtica purificación. Por el camino se ha ido dejando todo lo que nos hacía difícil la subida. Desde lo alto se puede contemplar lo que desde abajo no se ve.
Se le denomina Alta Montaña, a los sitios montañosos que tienen como característica principal la altitud muy prominente, donde la flora y fauna es casi inexistente, en México, por su ubicación geográfica con respecto a los polos, se le reconoce a todas las cimas que superan los 4000 metros de altura.
Una definición muy acertada es el "Arte de Andar por las Montañas", nada que ver con un simple deporte de aventura, menos con los deportes extremos (definición bastante incorrecta). Nace como actividad explorativa a finales del 1700 a pesar de que en su sentido más profundo, sus orígenes se ubican en la actividad primordial del hombre en acceder a las montañas y las cuevas altas. Durante 300 años de historia, esta disciplina se ha caracterizado como una actividad de profundo conocimiento y aprendizaje, antes con el descubrimiento de la naturaleza escondida, después, con la búsqueda de las dificultades en la vertical y en medio del clima más adverso y, en los tiempos modernos, a través del contacto intimo con la parte más profunda del propio ser. Cualquier definición queda totalmente corta para poder definir la más poderosa herramienta para entender la vida de forma metafórica, jugar con las dificultades del camino y liberar el alma para que ascienda a lo más alto de este mundo. Para el alpinista el limite vertical no existe y la satisfacción más grande no es la cumbre, sino la seguridad de que falta más para ascender.
Guías Profesionales para los Volcanes de México
Los guías de montaña existen desde que se conoce el montañismo como una actividad deportiva y surgieron debido al interés por la naturaleza y la exploración que siempre ha caracterizado al ser humano.
Estas ascensiones guiadas comienzan con la conquista de las altas montañas de México y del mundo, cuando los grandes exploradores ayudados por guías locales, hacen realidad su sueño de coronar las grandes cimas. A partir de ese momento y de forma paulatina, los Guías de Montaña empiezan a ser una figura relevante, sobre todo en los lugares donde exista una cumbre que alcanzar.
Hoy en día, tras numerosos cambios y avances, son muchos los guías de montaña que ejercen esta profesión en nuestro país. Y aunque en muchas partes del mundo haya una regulación internacional que ofrece una certificación internacional para guías de alta montaña. En México no se ha podido realizar, aunque sea una certificación local, debido a las trabas burocráticas de SECTUR y a los intereses de algunas empresas de montaña que quieren monopolizar el mercado.
Pero nosotros tenemos una de las mejores capacitaciones que se pueden dar en México en cuanto a conocimientos teóricos y prácticos: Técnico en Rescate de Alta y Media Montaña, avalada por la escuela de especialidades de la Cruz Roja Mexicana.
La alta montaña es la zona más inhóspita de las montañas, donde los cambios de tiempo son más bruscos y aparecen la roca, el hielo y la nieve en su estado más salvaje. Los guías de Alta Montaña trabajan en este terreno con los medios y materiales propios del montañismo: cuerdas, crampones y piolets, con el único fin de gestionar los riesgos propios de la actividad, compartir la montaña con sus clientes y hacer todo lo posible para que sea una jornada en la que puedan disfrutar, aprender y si las condiciones lo permiten, conseguir su objetivo.